Ahora los televisores de válvulas se han convertido en plasma, las radios en ipod, pero aun así todo esto no puede con la profunda base hortera que genéticamente nos posee, la mas clara expresión de la mediocridad y el “cutrerío” de este país, es la adaptación que se ha hecho de la tecnología como son los teléfonos móviles, gracias a la ultima tecnología podemos exportar y alardear de nuestro “cutrerio”, al resto de los mortales.
En las colas del super, en la entrada del cine o en la plena calle, es raro no escuchar una melodía, que sobresale del ruido de fondo, el trafico, los martillos neumáticos, no pueden con una melodía indudablemente polifónica, basada en “paquito el chocolatero”, o “España cañi”, que no es mas que una adaptación al medio, un paso evolutivo o el relevo generacional de la “folclórica” que siempre se ha colocado encina un tapete de puntilla, perfectamente centrado sobre el televisor colocado frente al sofá de escai rojo chillón, en nuestro salón empapelado, y junto con la lámpara
de pie.Era difícil superar esta estampa, pero ni el hombre en la luna, ni la mas alta tecnología han conseguido quietarnos algo tan nuestro, ahora los nietos han cogido el relevo, adornando sus móviles con fundas peludas, con músicas horteras y como no descolgando el teléfono y hablando a gritos, como si intentase hablar con el móvil, y no por él, como si algo en su subconsciente les dijera, “tio que no te engañen, que aquí dentro hay algo”.
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